Pasmados por semejante noticia, los danzarines dejaron de entonar sus canciones y los presentes, interrumpiendo la fiesta, comenzaron murmurar en contra de la bella Inomu que había deshonrado a la familia y violado las buenas costumbres de la aldea. Los padres de la joven, muy avergonzados por la actitud de su única hija, abandonaron la fiesta y se apresuraron a despedirla de la aldea. De nada sirvieron las desesperadas súplicas de la muchacha por tratar de convencer a sus padres...
Inomu, expulsada y martirizada por semejante humillación, lloraba desconsoladamente por la selva esperando que alguien se apiade de ella. Fue entonces cuando uno de sus hijos, desde sus entrañas, le pregunta: "¿por qué lloras querida madrecita?" Inomu les explica lo sucedido a sus hijos, y ellos la consolaron y se comprometieron a indicarle el camino que conduce a la casa de su padre, el Tatú tüpa dios Tatú, con la condición de que ella recogiera todas las flores que encontrara a su paso. Así, cargada de flores, Inomu caminaba por la selva, hasta que se cansó y se quejó diciéndoles: "¿no les da pena sacrificar ustedes más a su madre, cargándola de tantas flores?. Los niños, entonces, se enojaron con su madre y no le volvieron a hablar más.
Inomu se equivocó de camino y llegó a la casa de los jaguares, quienes no tardaron en devorada, pero los gemelos fueron salvados por la madre (una anciana) de estos jaguares. Cuando los niños crecieron, vengaron la muerte de su madre matando a todos los jaguares, menos a uno de ellos que tenía dos cabezas, quien herido de una de las cabezas corrió a ocultarse debajo del tìru manto de una anciana que se encontraba sentada en una colina (era Yasì la Luna). Cuando los jóvenes llegaron ahí, Yasì Luna les mintió diciendo que no ocultaba a nadie. Pero cuando ellos se alejaron, Yasì gritaba: ¡Peyuuuuu, ko Yagua che reutamaaaa...!
¡Auxilio, que el jaguar me está devorando! Mas cuando los gemelos regresaron, Yasì se revolcaba riendo a carcajadas. La misma broma repitió por segunda y tercera vez. Entonces, los gemelos le dijeron: "Arakae yave ndekueraií kuri esapukaitei eiko, yaecha kia tou tande repì kuri yagua iyurugui". "En vano pedirás auxilio cuando algún día el Jaguar te devore de verdad, porque nadie vendrá a tu rescate".
Los guaraní creen que cuando la luna se oscurece (eclipse) es que el Jaguar la está devorando. Para ahuyentarlo, los hijos primogénitos deberán gritar a todo pulmón y la población entera provocará estremecedores ruidos a fin de que el Jaguar se asuste y no acabe con la luna. La mancha que se observa en la luna, es la figura de un jaguar acostado dentro del manto de Yasi, según ellos.
Leyenda Guaraní
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