El original Carmina Burana es una colección de cantos goliardos de los siglos XII y XIII, que se han conservado en un único códice encontrado en la abadía de Bura Sancti Benedicti, en Baviera y que actualmente se encuentran en la Biblioteca Estatal Bávara en Munich...
El códice recoge un total de 300 poemas, escritos en su mayoría en latín, aunque algunas pequeñas partes en Alemán primitivo además de Francés antiguo y en algunos casos, los idiomas eran mezclados. Los mismos fueron escritos por estudiantes y clérigos del año 1230 aproximadamente, en los cuales se satirizaba y criticaba toda la sociedad en general, y especialmente a las personas que ostentaban el poder.
Las composiciones más características son las Kontrafakturen que imitan con su ritmo las letanías del Antiguo Evangelio para satirizar la decadencia de la curia romana, o construir elogios al amor, al juego y, sobre todo, al vino, en la tradición de los carmina potatoria.
Carl Orff tomó los textos de Carmina Burana para componer una cantata escénica con el mismo nombre en 1937, cuyo fragmento más conocido es el O Fortuna, que constituye la primera parte del preludio. Orff subtituló la composición: "Cantiones profanae cantoribus et choris cantandae comitantibus instrumentis atque imaginibus magicis" (latín: "Canciones seculares para cantantes y coristas para ser recitadas en conjunto con instrumentos e imágenes mágicas"). Esta frase también es utilizada frecuentemente para denominar al trabajo de Orff.
O Fortuna
O Fortuna
velut luna
statu variabilis,
semper crescis
aut decrescis;
vita detestabilis
nunc obdurat
et tunc curat
ludo mentis aciem
egestatem,
potestatem
dissolvit ut glaciem.
Sors immanis
et inanis,
rota tu volubilis,
status malus,
vana salus
semper dissolubilis,
obumbrata
et velata
michi quoque niteris;
nunc per ludum
dorsum nudum
fero tui sceleris.
Sors salutis
et virtutis
michi nunc contraria,
est affectus
et deffectus
semper in angaria.
Hac in hora
sine mora
corde pulsum tangite;
quod per sortem
sternit fortem,
mecum omnes plangite!
Oh Fortuna
Oh Fortuna,
variable como la Luna
como ella creces sin cesar
o desapareces.
¡Vida detestable!
Un día, jugando,
entristeces a los débiles sentidos,
para llenarles de satisfacción
al día siguiente.
La pobreza y el poder
se derriten como el hielo.
ante tu presencia.
Destino monstruoso
y vacío,
una rueda girando es lo que eres,
si estás mal colocada
la salud es vana,
siempre puede ser disuelta,
eclipsada
y velada;
me atormentas también
en la mesa de juego;
mi desnudez regresa
me la traigo a tu maldad.
El destino de la salud
y de la virtud
esta en contra mía,
es atacado
y destruido
siempre en tu servicio.
En esta hora
sin demora
toquen las cuerdas del corazón;
el destino
derrumba al hombre fuerte,
que llora conmigo por tu villanía.
Teniendo como punto de partida y conclusión la pieza Oh Fortuna, se sugiere el giro de la rueda del mismo nombre y que representa a la deidad romana encargada de hacer girar el timón de la vida, elevando a unos a la dignidad de reyes mientras otros descienden a la mínima condición humana. Se evoca también el carácter esotérico propio de la época, pues un símbolo usual de éste era la serpiente ourobora, serpiente que devora su propia cola y representa simultáneamente el punto de partida y el fin, el cero y el absoluto, el todo y la nada.
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1 comentario:
Interesantísimo artículo! Muy completo, no sabía que además de latín, se habían empleado otros idiomas... muchas gracias por compartirlo. Gabriela, Buenos Aires.
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